El seleccionado argentino mostró anoche ante Chile los primeros atisbos de lo que pretende su ahora confirmado entrenador, Lionel Scaloni, para definir el estilo de juego, y aún con la ausencia del suspendido capitán Lionel Messi, desarrolló unos 45 minutos iniciales muy prometedores dentro de un empate sin goles que no tradujo la superioridad celeste y blanca.
El primer tiempo, cuando el equipo titular que tiene en mente Scaloni y al que le faltarían Franco Armani, quizá Sergio Aguero y por supuesto el capitán Lionel Lionel, tuvo en su desarrollo una demostración de lo que pretende el DT.
Por primera vez desde que arrancó este ciclo que el entrenador pudo trabajar bajo la certeza de que su cargo no correrá riesgos hasta el final de las eliminatorias para Qatar 2022. Y eso se notó, apuntó la agencia Télam.
En ese lapso, por primera vez, se empezó a insinuar con mayor nitidez el estilo que pretende inculcarle Scaloni al equipo: presión alta, un control de pelota dinámico, con rotaciones permanentes y llegadas alternativas por el medio y los costados, buscando triangular en todos los sectores del campo rival.
Para eso el técnico nutrió al equipo de jugadores con excelente pie bajo un sistema 4-3-3, desde la salida clara de los defensores de River Gonzalo Montiel y el debutante Lucas Martínez Quarta, la presencia desde los costados hacia el medio de Rodrigo De Paul por derecha y Giovani Lo Celso por izquierda, y arriba Lautaro Martínez entrando y saliendo del área para "dialogar" y permitir las llegadas también diagonales de Paulo Dybala y el tucumano Joaquín Correa.
Claro que todo esto no podría ser sostenido sin la presencia de un "cinco", que justamente debe ser "un cinco con presencia", y ese papel lo cumplió a la perfección en esa etapa inicial Leandro Paredes, relevando hasta a sus defensores cuando se lanzaban al ataque tanto como trabajando en la recuperación y, por si esto fuera poco, sin renunciar a lo mejor que sabe hacer: jugar.
A todo este compilado de buenos "tratadores" del balón se sumaba, por supuesto, el hoy capitán Nicolás Tagliafico, que al igual de Montiel marca y trepa, trepa y vuelve marcando sin solución de continuidad.
El único que está solamente para defender es Nicolás Otamendi, seguramente el menos dotado técnicamente de este grupo que hasta tuvo en el arquero Agustín Marchesín a un componente de buena expresión para jugar con los pies, aunque con las manos también se lo vio muy eficiente cuando se lo exigió.
Así, las acciones de riesgo que Argentina generó frente al arco del retornado Claudio Bravo, que volvió a atajar por el seleccionado chileno después de dos años, fueron producto de un proceso de elaboración previo como la que el ex Barcelona le desvió a Dybala luego de una gran sesión de Lo Celso a Martínez, que el delantero del Inter rebotó para la entrada del cordobés.
También hubo otra muestra de lo que quiere Scaloni cuando acto seguido Montiel trepó por su sector y lanzó un centro para que Lo Celso, ingresando por la izquierda, conectó de volea junto al palo derecho de Bravo. Se fue cerca.
Pero Argentina no pudo quebrar, no pudo convertir ante un Chile por momentos impotente, que apeló muchas veces al juego brusco, algo que de haber estado el árbitro estadounidense Jair Marrufo tan severo como correspondía que estuviera, tendría que haber expulsado al ex Quilmes Charles Aranguiz ya en el primer tiempo.
Claro que tanto hincapié en resaltar las virtudes argentinas en el primer tiempo no contemplan un marco ocioso ni mucho menos respecto del segundo, sino que cuando estos enfrentamientos "a priori" interesantes por el contexto que recubre cada cruce entre argentinos y chilenos en los últimos años, toman el caracter de "muy" amistosos, todo lo bueno que se procura generar en un principío se termina deteriorando cuando se realizan media docena de cambios por lado, y peor aún cuando estos van sucediéndose cada cinco minutos promedio.
Ya en el segundo tiempo, Scaloni empezó a darles minutos de selección a algunos de sus preferidos como el volante tucumano Exequiel Palacios, así como para hacer debutar a Nicolás Domínguez y a Alexis Mac Allister.
Pero salvo por esas experiencias, el segundo período quedó para la anécdota, aunque lo saludable de este encuentro fue lo realizado en el primer tiempo, algo que conformó a Scaloni según lo confirmó el propio técnico al término del encuentro.
Ahora se vendrá el México, conducido por el argentino Gerardo Martino, en el estadio Alamodome, de San Antonio.